Por regla general, quien quiere un barco lo compra. Pero nuestro amigo Jesús no es una persona normal, es alguien extraordinario que cuando quiere hacer algo, lo hace a lo grande.
Optó por contratar a ingenieros navales, diseñadores, expertos en jarcia, en motores y lo que es más difícil: montó un astillero y construyó el que iba a ser su futuro barco.
El nombre del catamarán no es casual. Arabela es su mujer y apoyo a lo largo de toda su vida.
Jesús construyó el ARI 50 consiguiendo hacer un catamarán cómodo, rápido y muy, muy equipado.
En compañía de Jesús y el Arabela, hemos recorrido en multitud de ocasiones las Islas Columbretes, Ibiza, Mallorca, Cabrera, etc.