Este post tenía obligatoriamente que empezar con una de las mejores frases de Ignatius J. Reilly en La Conjura de los Necios.
Poco después de publicar el último Post hablé con Jorge del Saramia, al que conocí en San Blas. Estaba esperando a ver si a su mujer y sus hijas les daban plaza en el avión y me comentó que él se volvería a España en su barco. Al segundo le pregunté si quería que lo acompañara para no ir sólo, y aquí se abrió una nueva oportunidad.
En ese mismo instante ya daba igual que yo tuviera o no plaza en el avión. Si su mujer e hijas la lograban, teníamos el tiempo justo para cruzar el Caribe y salir de la zona antes de que lleguen los huracanes. Si no conseguían vuelo, todos nos quedaríamos en Panamá hasta que se inicien los vuelos regulares.
Él está en San Blas y tendría que ir a Puerto Lindo para repostar gasoil y realizar las últimas compras, por lo que yo tenía que encontrar la manera de llegar a Linton. Me pasé el día mirando las opciones para descubrir que no hay ningún medio de transporte para moverse en Panamá salvo Taxis que sí tengan permiso para moverse por el país. Además, yo necesitaría un salvoconducto que he solicitado esta misma mañana a la Embajada pero todavía no tengo respuesta.
Lo gracioso del tema es que desde la marina donde yo quería dejar el Arabela, tendría que conseguir un bote que me trajera desde Isla Solarte a Isla Colón y otro que me llevara desde Isla Colón a Almirante. Luego en Taxi 806 km. hasta el aeropuerto de Tocumen y desde allí 180 Km. hasta Linton Bay.
Jorge me da el contacto de otro español que está a la espera de plaza en el avión, y que quiere dejar su barco en la misma marina que yo para ver si podemos compartir gastos.
El precio aproximado del Taxi hasta el aeropuerto lo tenía claro y eran unos 500$, me puse en contacto con otro español para intentar compartir barcas y Taxi y que nos saliera algo más barato. Al ir a buscar la barca nuevo problema. Está prohibido el transporte de pasajeros entre las Islas y no me pueden llevar. Curiosamente, me dicen que me pase a hablar con la Policía. Uno de los Policías me dice que su hermano tiene una barca y que sí podría llevarme ¿? Pero que ya acordaríamos precio…
Para liarlo más, Daniel consigue un grupo de franceses que van en un taxi y sobra un sitio, por lo que podría llegar al aeropuerto de Tocumen compartiendo los gastos del Taxi con ellos.
Cogido con pinzas, pero ya empieza a haber una alternativa. Si a la mujer e hijas les dan plaza, pues ya indagaré más.
Mientras estaba superagusto ayer en casa de Enrica y Ángelo recibí el mail en el que me confirmaba que no tenía plaza para volar (lo esperado).
A mitad de noche me he despertado con un poco de malestar estomacal. El malestar ha terminado por la borda mientras en mi cabeza resonaban las voces de Joyce y Deni: ¡No te comas esas cosas!!!!!. Sabéis que todo lo del congelador ha sufrido múltiples procesos de congelación y descongelación. Quizá, sólo quizá, puede haber tenido algo que ver.
La noche ha sido entretenida pasando del camarote al sofá y viceversa. Por la mañana he decidido probar una infusión, pero ha terminado también por la borda (mientras escribo a las 17:25 acabo de comer una tostada, ya veremos…)
Al levantarme por la mañana mensaje de Jorge anunciándome que su familia sí tiene plaza para regresar. Aquí ha comenzado ya el festival para buscar barcas, taxis, etc…no pintaba demasiado bien el día con todas las gestiones por hacer y teniendo el estómago un poquito regular.
Anoche se me ocurrió que la solución para llegar de Tocumen era muy sencilla. El mismo Taxi que llevar a María y a las niñas a Tocumen me podía llevar a mí a Linton. El problema quedaba limitado a encontrar las barcas e irme con los franceses al aeropuerto el día 9 y esperar el taxi. Se complicó un poco cuando Jorge me comentó que iban a salir el mismo día 11. Eso significaba buscar un sitio donde dormir (está todo cerrado) 2 noches mientras esperaba un Taxi (Oh Fortuna ingrata!!).
Me he acordado del famosos KISS (Keep It Simple Stupid!!) y he vuelto a pensar en la posibilidad de llevar el barco a Linton a pesar de que el puerto era bastante más caro. Francisco me ha pasado el teléfono de un canario amigo suyo que conoce al gerente. Al final he hablado con el Gerente y hemos podido llegar a un acuerdo. Esto significa que el viernes navegaré unas 170 millas con el barco hasta Linton y lo amarraré en puerto. Menos mal, porque acabo de recibir mail de la embajada que no me hacen salvoconducto si no tengo plaza en el vuelo, lo cual me impedía ir en taxi.
Resumiéndolo todo un poco, el plan es el siguiente: mañana jueves iré en mi hora de patio a comprar comida para hacer el viaje de vuelta a Valencia con el barco de Jorge. Pasado mañana me iré temprano con el Arabela a Linton. Calculo que tardaré entre 24 y 30 horas, espero tener corrientes favorables y algo de viento para poder navegar a vela. Jorge llegará a Linton sábado o domingo, intentaremos comprar allí la fruta y verdura en el último momento.
Yo tendré que preparar el Arabela para estar cerrado durante varios meses, lo que me llevará seguro un par de días.
Trataremos de salir lo antes posible, os recuerdo que a finales de este mes comienza la temporada de huracanes en el mar Caribe que es exactamente el que tenemos que atravesar.
Por lo tanto, hacia el día 12 de mayo empezaremos otra aventurilla. En este caso cruzar primero el mar Caribe. Dependiendo de la meteo, iremos hacia St. Marteen o incluso hacia Cuba. Sabemos que todas las fronteras están cerradas por lo que tenemos que llevar todo listo desde aquí.
En cuanto crucemos el Caribe iremos subiendo paralelos a la costa de EE.UU, pasaremos por las Bermudas y continuaremos subiendo hacia el norte hasta casi la latitud de Canadá. Allí ya iremos recorriendo millas hacia el Este hasta aprovechar vientos y corrientes e ir a las Azores. Desde Azores será llegar al estrecho y ya en el Mediterráneo recorrer la costa hasta Valencia. Estimación de tiempo…pues dos meses aproximadamente. Nos gustaría estar a mediados de Julio tomando una cerveza en un puerto valenciano.
Esta mañana he hablado con Alex, ya un habitual de los medios, con el que precisamente nos cruzaremos en el Caribe. El estará huyendo de los huracanes camino de Panamá y nosotros navegando hacia ellos, pero con la intención de esquivarlos. Añado que me ha hecho caso y ha llenado un camarote de cerveza comprada en Martinica que esperaba compartir conmigo.
A todo esto, mis sentimientos son un absoluto torbellino. Es difícil entender lo bien que estoy fondeado en Bahía Saigón con todas las atenciones que me brindan mis amigos italianos. Ni ellos quieren que me vaya ni yo quiero irme. Enrica y Angelo han venido a recogerme esta tarde para darnos un baño en una playa pasando por una zona con un montón de estrellas de mar. Junto con Daniel, han organizado un aperitivo esta tarde, y cena mañana de despedida. Se me hace difícil dejarlos…
Quizá en julio o agosto haya vuelos comerciales y pudiera regresar cómodamente sentado en un avión, pero no me puedo arriesgar a no estar en la Universidad para comenzar las clases en septiembre. Por otro lado, cruzar el Caribe, ya justitos de fechas, y hacer un recorrido de prácticamente 6.000 millas echándole una mano a Jorge, es uno de esos retos que los que me conocéis, sabéis que no sé decir que no. Como dice Álvaro en cada aventura con el grupo de montaña de la UCV:
Aquí hemos venido a jugar, ¿no?
P.D: La tostada sigue dentro del cuerpo una hora después
Madre mia Javier!! Vaya semanas moviditas que te esperan. Ojala todo salga como lo tenéis planeado. Que tengas mucha suerte. Te pondré las luminetas de la abuela que estarán encendidas para iluminar el camino.
Por cierto a mi tambien me encanta «La conjura de los necios». Un beso fuerte y cuidate.
Estas seguro de volver? Alli tienes casa, cama y el paraiso. Aqui el covid-19. Tu eliges. Jajajjaaaj