Al pasar Jamaica tuvimos que poner motor porque apenas nos movíamos. Sentí mucha, mucha pena al pasar a apenas 18 km. de Cuba y no poder parar. Realmente no es fácil obtener permiso para navegar por aguas cubanas, pero con el COVID, al igual que en la mayoría de países, existen cuarentenas, prohibición de navegar, de acercarse, etc. El caso de Cuba resultó un poco más extremo puesto que invitaron a todos los extranjeros a irse del país.
Aun con todo esto, me quedó una sensación de ainssss…cuando por la noche escuchamos una conversación por el Canal 16 de algo de un hotel y dijeron un “hermano…ya tú sabes…”.
El Saramia lleva un dispositivo mejor que el Arabela que permite descargarse el parte meteorológico. Lo hemos estado consultando a diario y veíamos que no era posible cruzar el Atlántico con las condiciones que hay. A diario, tanto Jorge como yo vamos recibiendo mensajitos de apoyo y recomendaciones sobre ruta a seguir, etc.
Ya hemos comentado que el Caribe es una zona muy peligrosa a partir de junio porque todos los años hay varios huracanes que arrasan una o varias islas. Esto hace que la inmensa mayoría de barcos “huyan” del Caribe en el mes de mayo, bien de regreso a Europa o hacia Colombia o Panamá que son zonas de mayor resguardo.
Este año la situación se ha complicado muchísimo por el COVID, que ha supuesto el cierre de prácticamente la totalidad de países impidiendo que se pueda acceder a ellos. Esta situación, supone una condena a muerte a las embarcaciones que se encuentren entre Sta. Lucía y Miami.
Estuve preguntando para Alex (intrepidexperience.com) la situación en Panamá, y parece que lo aceptan pasando cuarentena (cada día dicen una cosa distinta). En nuestro caso, Bahamas ha declarado una situación excepcional para las embarcaciones que pasen por sus aguas hacia terceros países. Ha creado una dirección de correo en la que se puede especificar las circunstancias y pueden o no conceder permiso para fondear y/o repostar.
Hicimos la solicitud y nos dieron permiso para fondear y repostar hasta que mejorara la previsión del Atlántico. El problema de la previsión es que el famosos Anticiclón de las Azores, que hemos oído desde nanos en el telediario, este año ha decidido que pasa y que se pone donde le salga del pirri. Esto sucede en ocasiones cuando se forma alguna borrasca pero en dos o tres días vuelve a establecerse donde toca. Pero hemos consultado la predicción a 14 días y el anticiclón ni está, ni se le espera.
Esto supone que intentar ir a España es tener que pelear contra el viento durante 4.500 millas dando bordadas para llegar a las Azores. Eso para ir de regatas, igual mola, pero dos tíos en un barco queriendo ir a su casa, ya no mola tanto. La idea inicial era quedarnos en Bahamas y esperar a que mejorara un poco la predicción y volver a España.
Llegamos el día 20 por la tarde a Great Inagua Island y fondeamos en aguas turquesas con fondo de arena blanca y zonas de coral llenos de peces. Panorama idílico, cervecita y…aparecieron mosquitos, muchos mosquitos, cuatrillones de mosquitos, un gúgol de mosquitos (ja, ja, éste os toca mirar qué número es para satisfacer la curiosidad).
Aunque nos pusimos de todas las clases de repelentes de bichejos, fue una carnicería. No podías estar un minuto sin oír el zumbido en los oídos, desesperante. Al final optamos por irnos a dormir tras convertir cada uno su camarote en un bunker cerrando todo. Esto supuso entrar en el camarote y estar casi media hora matando cada mosquito hasta que dejó de oírse el zummmmmm.
La idea era buena pero el resultado no ha sido el óptimo. Esta noche me he despertado sobre las 4 de la mañana cuando el camarote ha alcanzado, calculo yo, los 350º Celsius. He abierto 10 segundos dos portillos y entraba un airecito buenísimo, acompañado de exactamente 6 mosquitos. Estoy seguro porque he dedicado 26 minutos de reloj en asesinarlos con alevosía de uno en uno. De hecho, tengo varias paredes con los cadáveres aplastados y no tengo intención de hacerlos desaparecer hasta que lleguemos a Valencia. Supongo que un pajarito que comiera mosquitos aquí pesaría unos 150kg.
El resultado es que visto desde fuera puede parecer idílico decir: Qué suerte tienen algunos, tienen que estar 10 días en las Bahamas esperando a que mejore el tiempo!!!. Pero el Caribe, con el COVID, no es el Caribe de las pelis. Es un lugar en el que apenas puedes salir del barco, está todo cerrado y, sobre todo, una vez decidido que volvemos a casa, lo que queremos es volver.
Esta mañana Jorge ha vuelto a descargar el parte y me ha dicho: Jota, míralo tú primero y luego lo ponemos en común. Las opciones eran o esperar un mínimo de 10 días a no tener vientos desfavorables (nadie puede asegurar que dentro de 10 días sean favorables) o intentar ir subiendo hacia el norte hasta encontrar las borrascas que cruzan el Atlántico hacia el Este.
Supongo que mientras se lee esto en un sillón o sofá, uno inmediatamente piensa: pues te esperas los días que haga falta y ya cruzarás cuando el tiempo sea favorable. Pero hemos decidido justo lo contrario por varias razones:
– La primera es que queremos volver (ya casi sobran el resto de razones)
– No lo hemos hablado, pero hemos cruzado el Caribe con condiciones bastante similares a las que nos vamos a encontrar, lo hemos superado, y eso da confianza
– Los huracanes vienen seguro. Estar 10 días esperando es una manera de “mentar a la bicha” Si pudiéramos poner rumbo directo a Bermudas sería perfecto, pero pensamos que para el martes de la semana que viene vamos a tener una buena “castaña” que nos va a impedir seguir subiendo. Probablemente tengamos que poner rumbo hacia EE.UU. (justo dirección contraria a Azores). Pero al acercarnos a la costa de EE.UU. nos vamos a encontrar la corriente del Golfo que sube hacia arriba como un avión, lo que nos puede ayudar bastante.
Como no tenemos anticiclón de las Azores tenemos que subir mucho más al norte de lo que sería normal. Es decir, ropa de invierno, botas, y mirar para no pegarse con ningún iceberg despistado de los que pillan la corriente del Labrador. Resulta gracioso que todos los amigos nos dicen que no subamos por encima de 33º de latitud, pero es que ¡no tenemos más remedio!!!!
Así que esta mañana, después de darnos un bañito, hemos puesto rumbo hacia el norte y vamos a seguir nuestro plan. Eso sí, un poquito cogido con alfileres.
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Ya verás como la pena penita pena te la quitas el año que viene, o incluso este; Cuba no cambiará de lugar y tú no te estarás quieto, no? Que tengáis suerte, mucha suerte con las corrientes, los anticiclones y la incontrolable madre naturaleza.
La tenéis bien liada! Pero ya os habéis demostrado que tenéis capacidad, de criterio y física para enfrentaros a lo que sea. Unas millas de más no es na, y por lo menos dejaréis los mosquitos atrás. Supongo que la ropa de invierno la cogistéis con el resto de materiales básicos. Chicos previsores!! Pues mucho ánimo y a vivirlo minuto a minuto. Que los vientosy la mar os sean favorables. Un abrazo fuerte