Pues todo el planteamiento que conté en el último Post fue cambiado durante la marcha. Lo que se suponía un viento de través no muy fuerte, en la realidad supuso navegar de ceñida con rociones permanentes y sin ni siquiera poder ir hacia el Norte. Poco a poco nos íbamos desviando hacia el Oeste (en dirección contraria a España). Si esto nos sucedía ya, ¿Qué pasaría cuando llegáramos a la zona en la que la previsión era de vientos ya bastante importantes? Lo comentamos entre los dos y decidimos ir a la isla más cercana en la que sí podíamos repostar.
Hago un poco de recordatorio, la totalidad de países de nuestro alrededor tienen cerradas sus fronteras y no permiten la entrada en sus aguas ni para fondear y descansar, ni para repostar. Bahamas ha creado una especie de corredor humanitario para veleristas en el que, tras realizar una solicitud justificando el motivo de la parada, pueden otorgar permiso para entrar en sus aguas. A nosotros nos dieron permiso para fondear, y repostar en Long Island. Por dar una idea, la gasolinera más cercana de nuestra posición estaba más o menos a la misma distancia que hay entre Valencia y Mallorca.
Cuando cambiamos el rumbo, la vida a bordo se hizo infinitamente más cómoda. Ya sin rociones ni pantocazos, el barco menos escorado, lo que permite cocinar y moverse mucho mejor. Tal y como hacemos habitualmente, yo me quedé la primera guardia y simplemente tenía que ir corrigiendo el rumbo, puesto que el viento nos venía casi de popa. Llevo varios días devorando libros y esa fue una noche más de leer tranquilamente. Casi coincidió el cambio de guardia con el paso del pequeño canal entre Acklins Island y Castle Island y aquí cambió bastante el cuento. A pesar de ir recogiendo bastante vela, las rachas de 38 nudos y la lluvia hizo bastante incómoda la navegación. Ni Jorge ni yo pudimos dormir apenas esa noche.
Como me gusta ver siempre la parte positiva de las cosas, esta incomodidad sirvió para reafirmarnos en que había sido buena elección cambiar el plan y venirnos a Long Island hasta que mejoren las condiciones climáticas. No quiero ni pensar lo que nos habríamos encontrado el martes a 400 millas del sitio más cercano.
Por el camino fuimos revisando el parte y daba la impresión que a partir del miércoles el viento comienza a cambiar de dirección a la altura aproximada de St. Marteen. Esto es una buena noticia puesto que necesitamos que el anticiclón que hay al norte del Atlántico vaya bajando y situándose en las Azores, pero tampoco nos soluciona demasiado, puesto que estamos prácticamente a la misma distancia de St. Marteen que de Bermudas, que es hacia donde deberíamos ir.
Hoy hemos revisado el parte y prácticamente han desaparecido esos vientos portantes que favorecían subir de St. Marteen hacia Bermudas. De todas formas, mejora el que ya no aparecen vientos tan fuertes en contra. Hasta el lunes, que abran la gasolinera, vamos a seguir como hoy, lo que viene siendo estar tumbados a la bartola, leer, ver películas, etc. Pero ,mucho me temo que el lunes o martes tendremos que salir y empezar a hacer bordos.
No podemos estar aquí esperando indefinidamente. Ayer ya pasamos un par de tormentas feas y el tic-tac del reloj marcando la temporada de huracanes resuena en nuestras mentes.
Hoy hemos accedido al programa de previsión del tiempo mediante el móvil
Tras unos pocos cálculos, el resultado el domingo 24 de mayo a las 19:28 hora española, ha sido el siguiente