Han pasado 5 días y medio desde que salimos de Linton Bay. 5 días y medio con viento y mar de proa. Todo conforme a lo esperado, pero no voy a negarlo, un puro coñazo.
Es prácticamente imposible moverse en el barco llevando algo en las manos. Tienes que pensar los movimientos para ver dónde vas a sujetarte antes de dar el siguiente paso y todo el tiempo con el barco escorado alrededor de 15º.
La cosa empeora cuando estás fuera con rociones que, a pesar de la capota y el bimini (toldo que protege del sol y la lluvia en la bañera), te mojan enterito a cada ratito. Intentar leer o escribir en el ordenador se me hace muy complicado.
Pero…ya hemos cruzado el Caribe, dejamos a babor Jamaica y continuamos hacia el NE pasando entre Cuba y Haití.
Este viaje me ha servido para confirmar que habría sido muy complicado hacerlo yo sólo con el Arabela. En el Saramia vamos Jorge y yo, y vamos bastante cómodos, a pesar de no dormir ningún día más de 2 o 3 horas seguidas. Pero lo especialmente relevante es que el Saramia es un buen ceñidor (capacidad de ir contra el viento) y aun así hemos tenido que recorrer 650 millas para alcanzar las 550 iniciales hasta Jamaica.
En el Arabela seguro se habrían convertido en 750 u 800 por tener mucha menos capacidad de remontar el viento. Con olas que han llegado a ser de 3 metros y vientos entre 20 y 30 nudos casi constantes, ha sido una buena paliza.
La convivencia está siendo muy sencilla, resulta gracioso el que tanto a él como a mí nos comentan “oye, a ver si tu compañero es un psicópata o está pirado”.
Probablemente en uno o dos días llegaremos a las Bahamas y ya salimos de la zona más peligrosa de huracanes. Precisamente ayer recibimos aviso de que se está formando una tormenta tropical al NO de las Bahamas pero que no nos afecta en absoluto. De hecho, la previsión indica que nos vamos a quedar casi sin viento en unos días y que va a ser muy variable.
Si esta previsión se cumple, pondrá a prueba nuestra capacidad de tener paciencia, pero no me cabe duda que lo superaremos (a ver qué remedio…).
Los días han sido bastante rutinarios salvo un ave que estuvo viajando casi un día entero en el bimini, un fardo grande que vimos en el agua y que lógicamente ignoramos, un cetáceo que vimos a la popa o un helicóptero que hoy ha dado varias vueltas a nuestro alrededor.
Básicamente se trata de decidir por la mañana cuál será la comida e ir pasando las horas evitando los rociones.
Más o menos al llegar a la altura de Haití el viento ha pasado a ser un poco más de través (haciendo un ángulo de 90º) y la navegación es más cómoda a pesar de las olas.
No obstante, me parece que hoy también toca hacer las guardias con el traje de agua y el arnés hasta que empiece a bajar el viento.
Tengo ganas de llegar al Atlántico y empezar su cruce. Cuando decidimos Francisco y yo dar la vuelta al mundo, una de las razones era precisamente evitar el cruce del Atlántico Norte. Ahora veo que este cruce probablemente me sirva de experiencia por si más adelante tenemos que traer el Arabela también por aquí.
Mira por donde, en apenas 6 meses voy a cruzar el océano Atlántico dos veces y en ambos casos en embarcaciones con sólo dos tripulantes.
Tengo que empezar a pensar mejor mis sueños…que a veces se cumplen.
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Hola Javi, ya sabes que te sigo y me alegra ver que «la aventura continua», aunque sea de otra manera. Supongo que te queda algún día complicado, pero espero que puedas disfrutar cada minuto que dure el viaje de vuelta. Si no cambian las cosas, llegarás para cuando volvamos a la «normalidad» o lo que ya se llama «nueva normalidad», que ya veremos si es normal o no. Así que, cuando estés por aqui, ya quedaremos para tomar una cerveza o compartir una comida y que nos cuentes de primera mano alguna de las anécdotas que te están pasando. Buen viaje!!!!.
Me encanta la frase con la que has iniciado el relato!!!
Que agobio Javier!! No sé cómo podéis estar al pie del cañón hora tras hora. Cuando hablas de olas de tres metros, yo ya me ahogo. A ver si cuando para el viento, aunque os relentice, podeis descansar un poco y reponer el sueño. Cuidaros muuuucho. Un beso fuerte.