Arrancamos motores (uno con la llave y el otro haciendo el puente). Viento de 20kn en la bahía que será perfecto para bajar hacia Sta. Lucía. Vamos izando ancla y en el momento que ésta se suelta del fondo observo que algo no va bien. Nos estamos yendo hacia otro barco, voy corriendo a popa y veo a Francis preocupado y me dice: el motor de estribor no está funcionando bien!!.
Termino de subir el fondeo y vuelvo a popa mientras Francisco hace malabarismos con un motor y el timón para evitar darle a nadie. El caso es que habíamos previsto perfectamente por donde salir para no tener problemas de fondo, salir aproados, etc. y ahora intentábamos no darnos con nadie. Conseguimos recuperar un poco el control pero no lo suficiente para salir por donde debíamos.
De repente empezaron a darnos gritos en varios idiomas (casi que mejor no entender exactamente los calificativos que nos decían) y por los gestos entendimos perfectamente: Por ahí nooooooo!!!!. El caso es que entre Francisco manejando motores y yo el timón, conseguimos ir sorteando barcos pasando a escasos metros de ellos y salimos de la Bahía.
Sacamos la mayor ya con el cabo nuevo y tampoco funcionó bien del todo. Más grueso no pasa por una polea y al ser fino patina y hay que subirse a la botavara para ayudarle. El caso es que sacamos velas y con un viento perfecto y olas un poco más grandes de lo que apetece ver, fuimos muy rápidos hacia Sta. Lucía. De hecho estuvimos navegando por encima de 9 nudos durante mucho tiempo.
El plan inicial era haber bajado hasta Soufrane para ver los Pitones y luego remontar para fondear en Marigot. Al haber salido más tarde por los problemas con el fondeo, la cantidad de viento que hacía y no querer entrar en Marigot de noche, optamos por ir directamente a Marigot y fondear.
Marigot es una preciosidad de sitio. Tiene una entrada pequeña pero luego abre una ensenada con un puerto donde entran unos pepinos de yates impresionantes.
La marina tiene un nivel de lujo importante, incluso hay una fuente de agua salada en el mar donde se dejan los dinghys (y sí, te mojas si quieres dejarlo allí).
Fuimos a inmigración a hacer el CLEARANCE. Fue un procedimiento muy rápido pero nos clavaron 100$. Para tomar una cerveza en el puerto…un poco caro, al menos nos pusieron cuñitos en el pasaporte que mola. Como nos conocéis, ya nos estamos planteando si realmente haremos la entrada «oficial» en todos los Países que visitemos…
Por la mañana, desayuno disfrutando de las vistas con solazo, lluvia torrencial con arcoiris y nuevamente solazo. El Caribe es así. Nos dirijimos hacia los Pitones y disfrutamos de un entorno increíble.
La previsión era que el regreso a Martinica, con vientos fuertes y mar en contra iba a ser complicada, pero no fue así. Fuimos prudentes (sí, yo también!!), trapo apropiado, y subimos despacito sin mayor complicación. Resultaba curioso ver como los pájaros aprovechan la vela del barco durante millas para lanzarse en picado al mar. Rara es la vez que no llevan pescado en el pico.
Se nos hice de noche antes de llegar a Le Marin y optamos por fondear en Sainte Anne al igual que la noche que llegamos. Despacito, con el radar puesto y mirando sonda nos íbamos acercando hasta que el motor de estribor se paró. Ya por lo que nos quedaba fuimos sólo con el de babor cuando Francisco dice: Adónde va el chalado ese con el Dinghy??, se está cruzando por delante de nosotros!!. El caso es que se veía un resplandor extraño…, cruzó justo por delante nuestro, llegamos a verlo un poco por popa y desapareció.
Echamos 25m. de cadena con una sonde de 4m. y a dormir.
Al levantarnos por la mañana empezaron a encajar cosas cuando vimos que en el motor de estribor llevábamo como 3 o 4 boyas enganchadas en la hélice. Esto había provocado que el motor se parara, pero es que además habíamos arrastrado una nasa de pesca con nosotros. Cuchillo en los dientes y agradecimos haber afilado el machete antes de venir.
Levantamos fondeo y para Le Marin. Ya he comentado que hay mil barcos, muchos embarrancados y es sitio complicado. Intentamos en primer lugar fondear junto a Didier, pero descartamos porque pasábamos de sondas de 5m. a 14m. y no me gustaba. Decidimos ir hacia la parte norte pero también estaba lleno y era imposible pasar. El motor de estribor empezó a perder potencia y de repente me chilla Francisco: J. se ha bloqueado el timón!!. Bajo corriendo y veo que efectivamente el timón de estribor apuntaba hacia La Meca y el motor sonaba raro. Con todas las fuerzas que fui capaz intenté llevar el timón a la vía y bombeando el gasoil con la bomba manual conseguimos salir de allí a escasos centímetros de un par de barcos.
Una vez en el canal pude enderezar el timón y con prácticamente un sólo motor optamos por ir al sitio donde fondeamos por primera vez en la bahía. Desde aquí pido perdón nuevamente a un señor francés que hizo unos gestos e hizo algunos comentario que gracias a Dios no entendí. Seguramente tuvo que ver con la escasa distancia a la que pasamos de su barco. Le pedí disculpas y le expliqué que nos fallaba un motor.
Ya fondeados, empezamos nuestra particular peregrinación por la Náutica (para que viniera un mecánico de Yanmar), llamar a Didier, buscar electricista,…y disponer de internet (no fuimos a McDonald’s sino al otro sitio).
La verdad es que ya estamos en Le Marin como en nuestra casa