Desde que salimos de Horta hemos tenido 3 días que han sido una auténtica gozada. Viento y mar de aleta, sol y la nevera llena. Uno piensa, y…¿no debería ser así siempre?. Anoche martes ya se me complicó un poco en mi guardia. Había un poco de ola y no demasiado viento. No iba bien ni de aleta, ni de orejas de burro (el Génova a un lado, y la mayor, al contrario), ni de través. Después de múltiples maniobras, sobre la 1:00 decidí poner motor. Jorge ha tenido también que hacer maniobras en su guardia. El viento se ha puesto ya de Norte y ha empezado a subir de intensidad.
Ya contábamos que miércoles y jueves íbamos a tener festuki. Pero, la verdad es que me ha dado una pereza tremenda. Con lo bien que íbamos estos días!!. La realidad es que estamos otra vez con el barco que va dando meneítos, está muy nublado, fresquito, con el viento que varía bastante y pasamos de 5 a 8 nudos de velocidad y viceversa en apenas 2 minutos. Hemos ido con trinqueta hasta que, por primera vez en toda la ruta, hemos arriesgado un poco más y estamos con bastante trapo y navegando en este momento por encima de 7,5kn. De forma constante. Lo bueno es que ya sólo son 450 millas hasta el Cabo de San Vicente en la esquina de Portugal.
Es curioso cómo cambian las magnitudes, ahora ver 450 millas es pensar, buaa, no queda nada, por tener dos días regulares no me voy a quejar, pero es la misma distancia que de Valencia a Cagliari en Cerdeña. Nos vemos ya casi en casa y la distancia que nos falta para llegar es parecida a la que hay que recorrer para llegar a Grecia desde Valencia.
Me gusta continuar teniendo mis pequeñas victorias mentales tipo; ya estoy más cerca de la Península que de Isla Flores, del Cabo de San Vicente que Horta, etc. En estos momentos, falta muy poco para estar más cerca de Gibraltar que de Horta. La previsión ha mejorado bastante, aunque tengamos ahora viento que nos obliga a ceñir, no es demasiado incómodo y está muy lejos de las rachas de 35 nudos que inicialmente estaban previstas. Estamos convencidos que vamos a poder llegar con tranquilidad hasta el Estrecho de Gibraltar. Aquí se complica un poco el domingo por la noche. Vamos a intentar llegar antes, si es posible, para intentar no tener que esperarnos a que el tiempo mejore. Una vez cruzado el Estrecho, muy mala tendrá que ser la previsión para que no podamos llegar a casa ya sea a vela o a motor.
El desenlace de la aventura se va acercando
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