La información que nos habían pasado de Horta era que cuando estuviéramos llegando avisáramos por radio y nos darían instrucciones. Yo soy un poco más de llegar, ver, y si hay hueco meterse. Siempre hay tiempo luego para pedir perdón. Llegamos, y al no ver claro el hueco en la gasolinera, llamamos por la emisora. No nos hicieron ni caso, ni hablando en español ni en inglés. Tras varios intentos nos contactó por la emisora Juan Antonio del velero Vagabundo. Un crack que ha cruzado el Atlántico 8 veces e iba en solitario. Nos dijo que estarían comiendo y por eso no nos contestaban. Decidimos fondear precisamente junto al Vagabundo (un remolcador casi empujándonos nos invitaba a ello). Echamos el fondeo y mientras yo hablaba con una pareja la mar de simpáticos, Jorge estuvo hablando con Juan Antonio. Resultó agradable, y hasta extraño, hablar con otra persona distinta a Jorge después de tantos días.
En 10 minutos teníamos el teléfono de Peter (el del Bar de Peter http://www.petercafesport.com), organizada la lista de la compra, se la habíamos enviado, y parecía que el mismo sábado era un tema que íbamos a tener resuelto.
Comimos tranquilamente y seguimos intentando hablar por la emisora con la marina para repostar. Ninguna respuesta. A media tarde optamos por llamar por teléfono al nº que nos aparecía. Tras pasarnos por varias personas resultaba que era el nº del supermercado. Al final contestaron por la emisora, entendieron que no queríamos quedarnos en la isla por lo que fue suficiente hacer el check-in por la emisora (me imaginaba lo que disfrutarían compañeros míos del centro de cálculo de la UCV escuchando como por la radio en abierto por todo el mundo se proporcionan un montón de datos personales) y nos comentaron que sí podíamos ir a repostar a partir de las 18:00.
Fuimos hacia la gasolinera y amarramos. Nada más amarrar vino Peter que ya nos había hecho la compra. Inicialmente nos dijo que estaría el sábado por la tarde, le pedí si por favor podía ser el sábado por la mañana y el mismo viernes por la tarde nos la trajo, un verdadero crack. Con lágrimas en los ojos fui guardando naranjas, manzanas, pimientos, tomates, pan, etc…y cerveza.
Estaba saliendo todo muchísimo mejor de lo esperado. Se iba haciendo tarde, pero estábamos genial.
Aprovechamos para, en plan chiquillos haciendo pillería, bajar al pantalán y hacernos fotos. Ese pantalán es cita obligada para todos los transmundistas que cruzan el Atlántico. Apenas había 100 metros por los que pudimos andar de extranjis, pero fue una gozada.
Vino el gasolinero y llenamos depósito y bidones de reserva hasta arriba. Tenemos de sobra para llegar a la península y probablemente hasta Valencia. Preguntamos en plan jeta si había algún problema en que nos quedáramos a cenar allí amarrados al muelle, y nos dijo que ninguno. Le dimos las gracias diciéndole que tranquilo, que antes de que abriera la gasolinera a las 8:00 de la mañana nos habríamos ido.
Pedimos a Peter que nos trajera la cena. Una animala!!. Chuletón, ensalada, lapas, queso,…. Nos pusimos como el Quico. Teníamos al lado un velero con bandera española que resultó conocer a Jorge puesto que salieron en la misma ARC de hace dos años. Ellos habían dado la vuelta al mundo y tuvimos una sobremesa contándonos anécdotas tranquilamente con una botella de vino.
Pues esta mañana hemos lavado la ropa, yo he desayunado mis tostaditas con aceite ¡y una naranja! Y nos hemos ido del amarre fondeando en el puerto. Teníamos que lavar la ropa y revisar un tema con una driza por lo que me he subido al mástil.
Relativamente pronto, desde luego mucho antes de lo que imaginábamos el viernes, hemos puesto ya rumbo hacia la península. No vamos a poner rumbo directo al Estrecho puesto que esperamos una castañita sobre el miércoles o jueves en la que habrá viento fuerte que vendrá del norte. Por eso llevaremos rumbo E hasta que empiece este viento fuerte y ya pondremos rumbo más hacia el S pero ya con viento y mar de popa.
El resumen es que las Azores son otro paraíso. islas verdes, volcanes, gente amabilísima, buena comida, ya tengo una nota mental de que volveré a conocerlas de verdad.