Hoy vamos a dedicar unas frases de agradecimientos. Para nosotros es muy importante. Somos dos tíos normales, igual con un poco menos de conocimiento de lo que sería un mínimo razonable, y sin la ayuda de todos vosotros no podríamos estar haciendo esto.
Voy a empezar por Jesús, que con su desbordante personalidad fue capaz de construir esta maravilla que es el Arabela. Para que os hagáis una idea, esta noche yo ya estaba medio mosca porque con 12 nudos de viento de través estábamos navegando a más de 8, pero es que ha habido rachas de 18 nudos y nos poníamos a 11!!!. Cuando uno tiene la intención de llegar a una hora, y el barco va demasiado rápido también te mosqueas…
En segundo lugar a Arabela, no sólo da nombre al barco sino al igual que él, es una persona que te acoge, te hace sentir bien y es absolutamente encantadora.
También a mi hermano Sergio, jua, jua, que creo que nunca se va a perdonar el habernos propuesto esta idea.
Tengo la suerte de trabajar en la Universidad Católica de Valencia. Es un trabajo que me apasiona y disfruto cada día (desde aquí envío abrazos a mis alumnos y a todos los compañeros del centro de cálculo y del SENT!!!). Tanto mi Rector, como mi Gerente, Vicerrector, Secretario General, Decanos, compañeros de Facultad y especialmente a mis compañeros de asignaturas… han considerado que quizá mi estado mental era compatible con esta aventura y me han dado todas las facilidades para poder llevarla a cabo.
Desde el principio he tenido a mis amigos de Puebla volcados con el proyecto, y quiero dar un beso particular a Mª del Mar y a Ana por ayudarnos con la lista del botiquín. Igualmente enviamos beso ya en Tenerife a nuestra amiga Mely por ayudarnos a cerrar esa lista.
A mis compañeros y amigos Javi y Marcos que están a deshoras haciendo mejoras y transcribiendo los post en la web para que podáis leerlos.
De una ayuda inestimable, mirando la meteo y dando recomendaciones sobre el rumbo a seguir están Manolo, Juanvi y Toño. También a Antonino que nos está facilitando cartas, guías y ayudas a la navegación.
Quiero agradecer los días que Johny estuvo ayudándonos a organizar, ordenar, recoger y estibar todo el Arabela. Sus conocimientos en la travesía del Atlántico y, especialmente los relacionados con la estiba en veleros, han sido de una ayuda tremenda.
Aurora fue capaz de resolvernos, trabajando una noche entera, poder llevar los toldos que nos han protegido del frío, de la lluvia y del sol ya en Caribe.
A José, que vino un día que yo estaba desesperado intentando meter todo el congelado en el congelador y me propuso organizar la comida…digamos de una manera diferentes. Jua, jua. rompimos todas las bolsas de pollo y fuimos repartiendo capas de verduras congeladas (estas se pueden repartir medianamente bien), con capas de muslos y entremuslos (sin bolsa de ningún tipo) y así formando capas, pudo entrar casi todo. Ha funcionado de maravilla, salvo que la pierna de cordero que compré para Navidad no tengo ni idea dónde está, ya saldrá algún día. Tampoco pasa nada, vamos escarbando…y decidimos el menú en función de lo que va saliendo (modoparaiso). Aprovecho para que se os vaya generando la idea de cuando se acabó el gas…descongelación… juguito de los gambones…pollo sin bolsa…
A mis amigos del club de montaña, a los de escalada, de esquí, senderismo, etc…cuánto os echo de menos!!
A Lalo, mi compañero de carrera, socio, y grandísimo amigo, que está dedicando el tiempo que tiene y el que no, para intentar que pueda comunicarme.
A los dos Óscares. Uno de ellos, con amigos en todo el mundo, nos localizó un electricista en Le Marin hablando con un aparatito vía satélite en el Atlántico, increíble.
A Paul y Mareshka, que nos preparó un bizcocho para la partida al que era imposible resistirse cada vez que se pasaba por delante. A toda la familia del puerto de la Galera, Antonio, Berto, Rosa, Jésica, Franciscos, Gabi y José, con los que estamos acostumbrados a pasar muy buenos momentos. Mención especial a Giovanni, por ser como es y ayudarnos a poner el finger en su sitio. Nos acordamos mucho de una recomendación del Presidente del Puerto: «Calma, en la Mar hay que tener mucha calma». Esta frase determina muchas de las decisiones, y antes de hacer nada, preferimos esperar un poco y estar completamente seguros antes de hacer cualquier maniobra.
Por supuesto a toda la familia, muy especialmente a Cris y Nuria por su constante preocupación y ánimo. A Alba le pido que me perdone por no estar apoyándole mientras se prepara para el examen del MIR y a Lucas que va resolviéndonos temas por Internet.
Y a esos amigos/as muy especiales que nos gustaría que estuvierais aquí.
Dejo para el final a los amigos de Dr. Peter Hartig, Erbocanarias y CanaryCrew que nos han ayudado a cruzar el Océano.
Gracias a todos. Sin vosotros, jamás podríamos habernos metidos en esta locura (aunque pensándolo bien, igual es por vosotros por lo que estamos aquí, jua, jua)
Bonito texto campeon