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Martinica-Sint Maarten

Voy a intentar hacer un resumen de las experiencias que hemos vivido estos días.

Al final alquilamos otro coche y subimos al Monte Pelée. Francisco no llegó hasta arriba, pero casi. Un desnivel de 770m. si no se está acostumbrado cuesta un poquito. La verdad es que las vistas eran geniales hasta que llegamos a la zona de nubes en la que apenas se veía nada.

Vista de Mont Pelée desde el Arabela

Al bajar queríamos comprar un repuesto para un motor. Es algo parecido a un soporte donde se enrosca el filtro de gasoil y se puede bombear para sangrarlo.

El caso es que intentamos llegar a tiempo en Port de France a varios sitios pero estaban cerrados. Intentamos uno más, y lo encontramos abierto. Entré feliz con mi filtro y le intenté explicar lo que quería, al cabo del rato sale con un filtro similar al que yo llevaba, y al fijarme veo que era de aceite.

Le digo que no es eso lo que quiero, le pregunto si se le ocurre donde puedo conseguir lo que busco y me contesta algo parecido a: Vamos a ver…buscas una pieza que no me traes, me dices que es para un filtro de gasoil y me traes un filtro de aceite, muy fácil no me lo estás poniendo…No nos quedó más remedio que darle las gracias y pensar que efectivamente, era complicado de conseguir.

Al día siguiente decidimos movernos y de una tirada llegamos Les Saints (al sur de Guadaloupe), saltándonos Dominica. Combinamos momentos en que íbamos a 11kn con luego una encalmado que nos dejó totalmente parados varias horas por la noche.

A toda velocidad en el Arabela

La Bahía de Bourg está considerada una de las 10 más bellas del mundo, pero llovía mucho y decidimos seguir haciendo camino hacia el norte de Guadaloupe. Paramos a media tarde en Deshaies, un sitio precioso y dormimos fondeados de maravilla.

Les Saints en Guadaloupe

Al despertarnos ya pusimos rumbo a Sint Maarten, donde sí teníamos intención de pasar unos días para repostar y hacer algunas compras. En todos los sitios pone que no pagan impuestos y es todo muy barato.

Fuimos regulando vela para llegar a primera hora de la mañana y fondeamos en Simpson Bay (sí, el nombre fue lo que nos decidió a ir allí).

Great Bay en Sint Maarten

Aquí si hicimos el paso reglamentario por inmigración (ahí lo dejo…) y fuimos a ver las marinas.

Es un sitio curioso, puesto que hay un puente levadizo que permite entrar del Simpson Bay outside al Simpson Bay inside. En el interior hay unos yates de lujo que pienso que nacieron allí y se han hecho tan grandes que ya no pueden salir. El caso es que decidimos ir al interior en la Zodiac. Al dejar el dinghy le pregunté a un tipo que había por allí, y nos había visto llegar, y me dijo: háblame en español, que soy de Alicante. Total que estuvimos un rato charrando y preguntándoles cosas y pasamos por una náutica. Vimos que los precios tampoco eran tan baratos y decidimos ir…a tomar una cerveza. Tampoco resultaron nada baratas ya que salían a 3€.

Uno de los barcos en Deshies (Guadaloupe)

Por la tarde decidimos hacer unas 8 millas con la zodiac y nos fuimos al aeropuerto, famoso porque entran los aviones por la playa.

Tuvimos la suerte de llegar justo cuando aterrizaba un Airbus 340, el más grande de los que aterrizan ahora, y pudimos grabarlo. Había unas olas grandes que impedían llegar a menos de 200 m. de la playa, y, de repente, vimos que se estaba preparando un reactor grande para el despegue. Pensamos como podíamos resolver el problema de forma inteligente y así lo hicimos, Francisco me pasó su teléfono que tiene funda (supuestamente) impermeable, y me tiré al agua nadando hacia la valla del aeropuerto (ya pensaríamos luego como superar las olas para volver).

Vídeo de aterrizaje del Airbus 340

El caso es que llegué justo a tiempo en el momento en que el avión se disponía a entrar en pista, es absolutamente impresionante verlo tan cerca.

Saqué el teléfono de la funda justo en el momento en que empezaba a acelerar. Pensaba…tranquilo, te da tiempo a grabarlo. Saco el móvil, me dispongo a desbloquearlo y sorpresa!!!, con los dedos mojados la pantalla del móvil no funciona. Intenté pedir a los que tenía a mi lado me lo desbloquearan pero…un tío empapado, intentado explicar que no puede desbloquear la pantalla, explicando el patrón que hay que dibujar para desbloquearlo, mientras un reactor hace un ruido atronador…no da tiempo.

La suerte es que la valla da a una pequeña carretera que no sé si está asfaltada porque está cubierta de arena. Bueno, ahora tiene menos arena porque una gran parte de ella se pegó a mi cuerpo mojado dejándome completamente rebozadito.

Una vez pasados estos momentos de confusión inicial ya me relajé y tenía a mi lado un oriundo que me indicó: por ahí viene otro avión!!!

Aprovecho para contar unas intimidades de nuestro viaje. De lejos veo bastante poco, Francisco ya lo sabe y cada vez que me dice «Mira allí Jota!!!» inmediatamente dice  «perdón, perdón»  mientras se parte de risa. Yo me vengo cada vez que hay que mirar algo de cerca, ahí él no ve y yo sí. En cualquier caso, ambos vemos a los idiotas desde lejos y a los listillos de cerca.

El caso es que al oriundo le expliqué que no veía nada, pero que si me podía desbloquear el móvil. Tras varios intentos, lo conseguimos y grabé un aterrizaje.

Ya sólo quedaba nadar 200 metros hacia Francisco, hubo un par de olas que me lo querían impedir, pero no fue demasiado difícil. La verdad es que hicimos las 4 millas de vuelta los dos, más felices que felices. Qué queréis que os diga, somos hombres y nos habían pasado dos aviones enormes por encima.

Después de ducharnos y cambiarnos de ropa, volvimos a bajar a tierra en busca de internet y ver si comprábamos alguna cosa, decidimos que al día siguiente iríamos a otra Bahía ya que aquí era una historia esperar a que se abriera el puente levadizo, etc.

Llegamos a Great Bay temprano, como era domingo y teníamos todo el día decidimos fondear e ir a investigar con el dinghy dónde estaba la gasolinera, etc. A nuestro lado había un catamarán grande que levantó el fondeo y fue hacia una especie de marina. La carta que tenemos da una profundidad en la marina de poco más de dos metros, por lo que decidimos ver por dónde entraba para luego ser capaces de copiarlo. Llegó a la gasolinera (me lo dijo Francisco, yo no la veo), repostó y cuando se fue decidimos ir nosotros. Sinceramente hicimos la maniobra mejor que él. Maniobrar con un catamarán de 15×7 metros no es nada fácil y Francisco lo clava. Allí no te ayuda nadie, salto con un cabo que amarro y me voy a buscar al gasolinero, que muy amablemente me dijo que estaba cerrando y que volviera al día siguiente.

Volvimos a fondear, dinghy y a tierra.

A todo esto, en esta zona se combinan momentos de sol abrasador con unos aguaceros impresionantes. Bajamos a Philipsburg y estaba casi todo cerrado. Realmente íbamos buscando cosas variopintas: un generador eléctrico para el barco y un piano electrónico para mí. Como siempre, la idea era primero comprarlo y luego ya pensaríamos como transportarlo. La realidad es que era todo bastante caro y no compramos nada. Seguiremos intentándolo.

Al día siguiente, lunes, volvimos y ya la ciudad y tenía otro aspecto, eso sí, llovió una barbaridad. Tiempo que dedicamos a tomarnos un café y aprovechar WiFi para descargar derroteros y mirar siguiente destino.

Encontramos un generador que quizá podía servirnos pero era a 125V y no teníamos claro que fuera a ser suficiente potencia. Optamos por seguir como hasta ahora, dependiendo del sol que tenemos decidimos el menú, si hacemos o no pan y si potabilizamos o no agua. Mientras no esté nublado durante 3 días seguidos…estamos siendo totalmente autosuficientes en cuanto a energía.

Repostamos 313 litros de gasoil, 8 de gasolina y 66 de agua por 280 dólares. Intentamos hacer la salida de inmigración pero nos dijeron que ahí no, que tendríamos que hacerla en Simpson Bay. Total que, quita fueraborda, sube dinghy, ve a Simpson Bay, baja dinghy, baja fueraborda, haz papeles, sube fueraborda, sube dinghy…entendéis que el tema de hacer la inmigración en todos, todos, todos los sitios…quizá también esté un poco sobrevalorado.

Le pregunté a mi hermano Sergio si conocía algún sitio al que ir, nos dijo que The Baths en Islas Vírgenes Británicas era chulo y para allí nos fuimos.

Ya sé que quizá convendría planificar un poco mejor…pero estamos en modo paraíso y vamos decidiendo sobre la marcha

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